Un cliente llegó a una biblioteca a devolver libros. «Lo siento», le dijo a la bibliotecaria, «los estoy devolviendo un par de días tarde. ¿Cuánto es la multa?» La mujer revisó los libros y la cuenta del cliente, y luego le dijo: «No se preocupe. Nosotros le damos un tiempo de gracia.»
El hombre se vio confundido. Por un momento, ¡parecía que se iba a
poner a discutir con la bibliotecaria! Que tonto pensé. ¿a quien no le gusta que le perdonen una deuda?
Pero después de un momento, le dio las
gracias y se retiró. En realidad, la gracia suele ser inesperada
y sorprendente. ¡Nos puede dejar confundidos, por un momento!
Pero en esta vida, la mejor cosa que podemos recibir es la
gracia de Dios. La mejor cosa que podemos hacer es aprender a
vivir bajo la gracia de Dios.
¿Qué es la gracia? Cuando esta palabra se usa en la Biblia, se
refiere a una bendición que recibimos sin merecerla. Si lo
ganas, no es gracia. Si lo compras, no es gracia. Si lo mereces,
no es gracia. La gracia es un regalo que muestra la generosidad
de quien la da. No tiene nada que ver con lo que merece el que
la recibe.
A traves de la Biblia vemos la gracia de Dios. Pero se
presentó al mundo a la perfección en la persona de Jesucristo. Jesus, el hijo unigenito de Dios que vino a este mundo y dio su vida en la cruz del calvario para redimirnos del pecado, pagando la deuda de nuestra salvación. “Para que todo aquel que en el cree no se pierda sino que obtenga vida eterna.” Juan 3:16
Esa gracia cuando es manifestada en la vida de una persona, transforma completamente su manera de vivir y de relacionarse con otros.
Una de las personas que el apóstol Pablo llegó a conocer durante su
tiempo en la cárcel fue un joven llamado Onésimo.
Pablo llegó a considerarlo su hijo en la fe, y Onésimo se
convirtió en ayudante de Pablo. Pero había un pequeño problema.
Onésimo era esclavo, y se había escapado de su amo. Bajo la ley
romana, esto representaba un delito capital. Onésimo podría
morir por lo que había hecho. Para colmo, Pablo conocía al amo
de Onésimo. ¡Era un hermano en la fe! ¡Había una Iglesia que se
reunía en su hogar! ¿Qué haría Pablo con Onésimo?
(Filemon)
Pablo le escribe al amo de Onesimo pidiéndole/suplicandole que lo reciba no como un esclavo sino como un hermano en la fe y que le perdone la deuda que tiene con él. Wow!
Filemon 1:10 «Te suplico por mi hijo Onésimo, quien llegó a ser hijo mío mientras yo estaba preso.»
Onesimo era un esclavo fugitivo, ¿Merecia ser perdonado? ¿Merecia Onesimo recibir un perdón como ese luego de haber traicionado a su amo? Claro que no!
Pero por la INTERCESION de Pablo, recibió su libertad.
De esta misma manera Cristo hizo con nosotros. Vino a este mundo y murió para darnos un lugar en las moradas celestiales.
No importa si eres
- rico o pobre
- blanco o negro
- libre o esclavo
- hispano o americano o chino
Cristo intercede por ti para que seas libre, para que seas aceptado, para que recibas Gracia y Favor que tu y yo no merecemos. Todo por su amor por ti.
Pablo le dice a Filemón: «Si te
ha perjudicado o te debe algo, cárgalo a mi cuenta.» (Filemón 18
NVI)
Cristo en la cruz dijo: «Que su pecado corra por mi cuenta. Todo lo que deban, yo lo pagaré.»
Todo lo que tienes que hacer es RECIBIRLO porque es GRATIS.
Si quieres recibirlo ora conmigo:
Jesus, te acepto como mi único y exclusivo salvador. Gracias por extenderme tu favor. Reconozco que no merezco tu amor. Gracias por venir a mi vida. Escribe mi nombre en el libro de la vida. Desde hoy te serviré. Ayudame a hacer tu voluntad.